viernes, 14 de agosto de 2015

New York state of mind






Bueno, llegados a este punto creo que ya toca entrada nueva, ¿no?
Hace dos días el resto de loe becados y yo, comenzamos la aventura de nuestras vidas, aunque de la forma más amarga, con la peor de las despedidas, la de nuestras familias.
Un adiós que duele en lo más profundo de tu alma, un adiós que destroza, un adiós que aunque sean "sólo 10 meses" parece que son años y años.
Después de la despedida en la que no pude evitar derrumbarme, como ya había hecho tantas veces en la semana anterior, cruzamos el control del aeropuerto de Alvedro, A Coruña, con rumbo a Madrid.
Una vez allí nos reunimos con el resto de los becados que venían de Vigo, como Ana, Lucía, Irea... y tras pasar controles, comer y volver a pasar más controles, pudimos embarcar, esta vez si, al avión que nos llevaría a cruzar el gran charco.


En la fila 32, Miguel y yo tomamos asiento, y, con Edu delante, Ana, Rebecca y Alberto a nuestra derecha, y Cata y Jorge detrás, emprendimos vuelo al sueño americano.
7 horas y media (que acabaron siendo 8 y pico porque no había sitio para aparcar el avión) de aquí para allá. Que si vamos a ver a nosequién que está sentado atrás, que si nos apiñamos todos al rededor de la tablet de Jorge para ver Frozen, que si te cambio el sitio y yo me voy con nosequién, y muchas muchas risas, que se pasaron volando y que hicieron que el vació de la despedida se notase un poquito menos.
Después de eso, y totalmente emocionados, pasamos el último control y recogimos las maletas.
En la zona de llegadas esperaba Óscar, uno de los miembros de CIEE participantes en la orientación.
La emoción aumentaba.
"Taxis amarillos" gritaba Ana
"Entrad a NY con el pie derecho" decía Edu

Despues de salir del aeropuerto (con el pie  derecho obviamente) subimos a un autobús que nos llevó al hotel por una ruta donde se podía ver todo Manhattan iluminado, lo cual nos dejó a todos pasmados.
Al llegar recibimos varias instrucciones, una duchita y a sobar.
Dia clave, visita a New York.
Después de desayunar y de recibir unas charlas interesantísimas sobre el sexo (Forget it), el acoso, lo que se espera de nosotros, cosas del medico... y de un par que actividades por equipos (yo estaba en el Purple, con Brais, Edu, Pablo, Alex y Claudia)
Por fin nos fuimos a Nueva York.
Es el cielo, el paraíso, la felicidad. Es un sueño hecho realidad.
Brais y yo, que ibamos atrás de todo, mirábamos anonadados ante la más grande capital del mundo, donde los sueños se hacen realidad.
Cámaras se apelotonaban en las ventanas y nada más pasar el tunel un millón de rascacielos se irguieron sobre nuestras cabezas.

 Uno de los primeros edificios que vimos nada mas pasar el tunel. El New Yorker

Desde el Empire State al Rockefeller pasando por el One World Trade Center.
Y la aventura no hacía más que empezar.


Después de comprar souvenirs en una tienda en la Quinta Avenida, fuimos a hacer cola al Empire State.
 El Empire desde abajo





Cola que no sirvió de nada porque había que esperar tres horas, y los monitores decidieron que Los equipos violeta y amarillo tuvieramos el privilegio de subir al mirador del Rockefeller Centre. Hogar de la pista de hielo, los estudios de la NBC etc.
Despues de pasar por unos pasillos totalmente vacios en comparación con el Empire, nos subimos al ascensor.
Realmente me quedé tonta.
Tonta de lo bonitas que eran las vistas. No me creía que estuviese ahí, viendo con mis propios ojos lo que sale en Google Images cuando buscas "New York City"
Era real. Era real.
Edu, Brais y yo nos miramos atontados y repetíamos una y otra vez cosas como 'Esto es la ostia' 'No me puedo creer que esteamos aquí' o 'Dios mio mirad Central Park'




Vistas desde Top Of The Rock, el mirador del Rockefeller Centre


Realmente creo que no he visto una vista (valga la redundancia) tan bonita en toda mi vida.



Foto por aquí, foto por allá, video para el blog. Escaleras arriba, escaleras abajo. Selfie por un lado, selfie por el otro.

 Manhattan visto desde el rio

Fueron 20 minutos de felicidad real y absoluta, de algo que no había sentido jamás.
Cuando bajamos, nos dirigimos hacia el río para un paseo en barco, no sin antes pasar por calles como la quinta avenida, por edficios como la caterdal de san patricio...
En el barco nos dieron la cena, y después de eso subimos a la cubierta a ver la Estatua de la Libertad. Y alli estaba, la gran dama, coronando el Rio Husdon. Verla tan cerca hizo que me emocionara aun mas si era posible, era genial. Era real.
Fueron todo risas, fotos y fiesta.




Miguel y yo con Manhattan al fondo



            
La Gran Dama, la Estatua De La Libertad

Los españoles nos pasamos dos horas bailando y cantando y los chinos nos sacaban fotos lol.
Realmente creo que fue uno de los mejores días de mi vida, no podría haberlo pasado mejor.
Pronto os escribiré una entrada sobre mi casa y mis host family y también voy a intentar hacer un pequeño Blog con las fotos y videos de NY.
Hasa la vista!

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